domingo, 28 de agosto de 2011

Locomotoras están en peligro’: José Antonio Ocampo



Fueron mal escogidas, mientras que faltan medidas para control de capitales, dice ex Minhacienda.

A juicio del economista, ex director de Planeación Nacional y ex ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, el plan de gobierno del presidente Santos tiene varios elementos positivos, pero la idea de las llamadas ‘locomotoras del desarrollo’ requiere una revisión.
Minería, vivienda, infraestructura, agro e innovación son los ejes centrales de la meta de generar ‘prosperidad para todos’. En ellos se cifran las esperanzas de mantener un crecimiento sostenible de la economía, generar empleo y competitividad.
Sin embargo, para Ocampo no todo anda sobre rieles. “Lo positivo es que se volvió a poner a la ciencia y la tecnología en el centro, como parte de la estrategia productiva, cosa que no se hacía hace mucho. “Desafortunadamente, la elección de las restantes locomotoras es equivocada”. Ellas deben ser sectores en los que hay innovación y capacidad de impulsar la productividad de la economía”.
Desde esa perspectiva, para el experto, la única locomotora que tendría sentido sería la relacionada con las exportaciones de servicios.
“Soy firme creyente en la agricultura, pero no la veo como locomotora; la infraestructura es esencial, pero tampoco es motor porque su efecto es a largo plazo; y es un grave error poner en ese riel a la minería, que no genera empleo ni tiene encadenamientos productivos en la economía nacional, sin contar con que no necesita incentivos porque está en un gran momento”.
En cambio, para el especialista, “el gran faltante en toda esta estrategia es la industria manufacturera.
Falta una rama manufacturera que tenga capacidad de difundir tecnología hacia otros sectores y de diversificar la oferta exportadora con valor agregado”.
Otro problema que detecta Ocampo y que amenaza con impedir los avances del país en materia de desarrollo es que no hay una decisión real con el tema de la tasa de cambio. “Ese es el problema esencial en este momento, y en los últimos meses no hay ninguna decisión de influir en la tasa de cambio.
Todos los sectores donde se puede diversificar la oferta exportable, diferentes a la minería, requieren una tasa de cambio competitiva. “Pero en el país, entre otras cosas por la influencia de la minería y del exceso de entrada de capitales, se está condenando a la derrota absoluta la idea de las locomotoras”, concluyó el ex ministro.

Bajó la pobreza en Colombia, pero la desigualdad no

 
A finales del 2050 se pronostica que la población colombiana ascenderá a 53 millones de personas.

Mayor crecimiento, menor desempleo y los apoyos monetarios, explican que haya menos pobres.

Con una discreción que no deja de llamar la atención, el presidente Juan Manuel Santos reveló el miércoles en un acto de corte académico que la pobreza y la indigencia habían bajado el año pasado frente al 2009.
Incluso, el mismo Presidente no mencionó que sólo en un año, el número de pobres se redujo en 1'147.508 personas, 6,5 por ciento menos que los registrados en el 2009. El salto vino, principalmente, de los pobres extremos: 13,9 por ciento, es decir, 877.292 colombianos salieron de esa condición.
Esos resultados corresponden a la nueva metodología propuesta por una misión de organismos internacionales y expertos independientes, en la cual también participaron el Dane y el DNP, y que fueron acogidos por el Gobierno, dijo el director de esta entidad, Hernando José Gómez.
Con la 'vieja' forma de medición también se redujeron la pobreza y la indigencia, aunque en proporciones más pequeñas. De todas maneras, el Dane pondrá a disposición de los investigadores las bases de datos para que hagan las consultas y ejercicios que consideren pertinentes.
La nueva metodología también da cuenta de que en medio de las ganancias en pobreza e indigencia, medidas por los ingresos monetarios, la desigualdad no da tregua.
El año pasado tuvo un leve aumento. Ese incremento fue mayor en las cabeceras que en las zonas rurales. Así, en el campo hay más pobreza, pero en las cabeceras hay mayor desigualdad.
Las marcadas diferencias entre la zona urbana y rural, advierte un documento del DNP, indican que el esfuerzo que hay que hacer para sacar un hogar de la pobreza es mucho mayor en el campo.
En la reducción de los pobres e indigentes, explicó Gómez, tienen que ver aspectos como la recuperación de la economía (con crecimiento de 4,3 por ciento en 2010); la caída del desempleo; las transferencias monetarias -como las que se hacen cada dos meses a alrededor de 2,5 millones de Familias en Acción-, que es una de las variables que se incluyeron en la medición de ingresos, y una mejor información sobre ingresos y gastos de la población.
Además, los aumentos de cobertura en educación pública y salud subsidiada les han liberado recursos a los hogares para destinarlos a otros gastos, "y esto ha ayudado", agrega el director del DNP, quien enfatiza en la importancia de una "política social bien focalizada en los pobres" y comenta que la metodología adoptada es la que aplica la gran mayoría de países de América Latina. "Nos estábamos autoflagelando mucho, en el sentido de que teníamos unos indicadores más exigentes; por ejemplo, no incluíamos las transferencias monetarias", precisa.
Políticas a la carta
Los índices se regionalizarán para diseñar políticas según los atrasos específicos que tenga cada área.
Índice de 5 dimensiones
La medición de la pobreza por ingresos se complementará con el Índice Multidimensional de Pobreza (IMP), diseñado por Oxford Poverty and Human Development Iniatiative (OPHI), que el DNP, con su apoyo, lo 'colombianizó' para hacerlo más exigente y le incluyó más variables de niñez y juventud, educación, trabajo, salud y vivienda y servicios públicos. La pobreza en el 2010 fue 31 por ciento. La meta es llevarla a 22 por ciento en el 2014.
La importancia del IPM, destacó Hernando José Gómez, es que permite saber "por dónde es que está viniendo la pobreza: si es un problema de informalidad o de habitabilidad o de calidad de la educación, etc.".
En otras palabras, saber qué cosas están empujando hacia abajo la calidad de vida de la población, lo que, agregó, será muy útil para orientar las políticas sociales.
JORGE CORREA C.
REDACCIÓN DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS

Proyecto jubilaría a los billetes actuales

La iniciativa cuenta con el respaldo del Gobierno, el Banco de la República, las organizaciones de consumidores y de comerciantes.

La iniciativa de eliminar tres ceros imprimiría denominaciones nuevas y habría más monedas.

No se le haga raro que en poco tiempo el pasaje en TransMilenio cueste 1,7 pesos, que el carro nuevo que está pensando comprar valga 30 mil pesos, que el acumulado del Baloto sea de 10 millones de pesos, o que un pasaje aéreo se consiga por 200 pesos.
Las cifras, por extrañas que parezcan, serían la nueva forma de hablar de la economía en el país, si el Congreso de la República aprueba el proyecto de ley 34 de 2010, que elimina tres ceros a la moneda y al que le falta un debate en la plenaria del Senado y dos en la Cámara de Representantes.
La iniciativa cuenta con el respaldo del Gobierno, el Banco de la República, las organizaciones de consumidores y de comerciantes, que en días pasados debatieron el tema en un foro en el que se analizó la conveniencia del proyecto.
Para el senador Antonio Guerra, uno de los ponentes, eliminar tres ceros facilitará la contabilidad de las empresas, porque simplificará las grandes cifras manejadas hoy, que generan confusión.
El Gobierno subraya que las tasas de cambio, con las principales divisas, tendrán un sólo dígito, lo que facilita su comprensión.
Además de los retos que plantea socializar la iniciativa, obligaría a emitir billetes de nuevas denominaciones y diseños que ya estudia el Banco de la República.
No sería la primera vez que se habla de eliminar algunos billetes. Hasta hace algunos lustros, las inflaciones de dos dígitos acabaron las familias de billetes de 100, 200 y 500 pesos, este último por fuera de circulación desde 1993.
Otro episodio que motivó el cambio de billetes fue el robo multimillonario de moneda que iba a entrar en circulación y que se dio en la sede del Banco de la República de Valledupar, en 1994 . Eso obligó al rediseño de las denominaciones de 2.000, 5.000 y 10.000 pesos.
Algunas leyes aprobadas ya prevén los elementos que deberán llevar los nuevos billetes. La Ley 908 de 2004 declara como "símbolo cultural de la Nación el sombrero vueltiao, y se hace un reconocimiento a la cultura del pueblo Zenú asentada en los departamentos de Córdoba y Sucre", y en su Artículo 2 solicita al Emisor incluir este símbolo en el próximo billete que entre en circulación.
La Ley 1167 de 2007 rinde un homenaje al ex presidente Carlos Lleras Restrepo y en su Artículo 10 pide que se incluya su imagen en un próximo billete. Algo similar ocurrió con el actual diseño del billete de 1.000 pesos. Los de este valor circularon por primera vez en 1979. En 1995 se remplazaron por monedas que salieron por su amplia falsificación. Por una ley de 1998, el billete que las remplazó (2001) incluyó la figura del político Jorge Eliécer Gaitán.
Ahora se piensa volver a la moneda, por el alto costo de imprimir estos billetes.
Un cambio no optativo
Las monedas actuales resultan muy caras
El reemplazo de monedas no es optativo, dijo el gerente del Banco de la República, José Darío Uribe. Y la razón es el alto costo de las materias primas con que están hechas. Las nuevas serán más pequeñas y con aleaciones más económicas, así costarían 187.000 millones de pesos. Sólo se acuñarán cuando se decida el proyecto sobre los 'tres ceros' en el Congreso.
¿SÍ SABÍA QUE...?
En los pesos hay historia y cultura
¿Qué tanto recuerda usted de los símbolos que hacen parte de la identidad nacional y que salieron o están en billetes y monedas?
1. ¿Por qué y cuándo se acuñó por primera y última vez una rara moneda de 25 centavos?
2. ¿Qué moneda usó la imagen de Policarpa Salavarrieta a punto de ser fusilada?
3. ¿Qué moneda usó por primera y última vez el mapa de San Andrés?
4. ¿Sabe por qué razón el árbol de Guacarí aparece en la moneda de 500 pesos?
5. ¿Con qué billete se inició la era de la nueva familia de billetes que involucró a artistas colombianos en el diseño?
6. ¿Sabe con cuál verso inicia el poema que está escrito en el billete de 5.000 pesos?
7. En los billetes de 5.000 y 50.000 se hace un homenaje a dos importantes escritores colombianos. ¿Sabe quiénes son?
8. ¿Usted identifica en qué billete aparece un libro abierto?
9. ¿Sabe dónde está la escultura de Miguel Antonio Caro que estaba impresa en los billetes de 5.000 hasta 1994?
10. ¿Sabe por qué los billetes de 50.000 no tienen los tres ceros, como el resto de billetes de su familia?
Respuestas
1. Se acuñó en 1979 apresuradamente para facilitar el pago de la tarifa de buses decretada ese año por el Gobierno y evitar peleas por las vueltas.
2. La moneda de 5 pesos que salió por primera vez en 1980 hasta 1988. También rendía un homenaje a la Refinería de Barrancabermeja.
3. En la de 10 pesos que se acuñó entre 1981 y 1989. Se le conoció en Bogotá como 'el tejo', por su gran tamaño.
4. El árbol era el eje de la vida social del municipio. Enfermó y la gente no pudo salvarlo. La planta recibió un funeral como si se tratara de una persona, por lo que significaba para el pueblo.
5. El billete de 10.000 con la mujer emberá y el mapamundi de Waldseemüeller inició la nueva estrategia del Banco de resaltar otros valores culturales en los billetes e involucrar a los artistas colombianos en el diseño.
6. Acerque una lupa al billete y podrá leer claramente el verso: "Una noche, una noche toda de llena de perfumes, de murmullos y de música de alas...".
7. José Asunción Silva y Jorge Isaacs son los únicos escritores que salen en los billetes.
8. En el de 50.000. Por ambas caras del billete.
9. Está a la entrada de la Academia de la Lengua, en Bogotá.
10. El billete salió en medio de otra discusión de eliminar tres ceros.
Respuestas suministradas por Angelina Araújo,directora del Museo Casa de la Moneda, y tomadas de los libros Billetes de Colombia (2006) y Monedas de Colombia 1886-2002 (Medellín, 2002).
FRANCISCO GÓMEZ VILLAMIZAR
REDACCIÓN DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS

jueves, 11 de agosto de 2011

Que esta pasando en el Medio Oriente y de que manera nos afecta en America Latina?

Cómo ganar la transición



Sri Mulyani Indrawati
¿Se está convirtiendo la primavera árabe en un otoño sombrío? Con la brutal represión en Siria, una sangrienta guerra civil en Libia y Yemen al borde del caos, el número de los escépticos es cada vez mayor. Aunque los movimientos a favor de la democracia en Egipto y Túnez lograron un rápido cambio de régimen, también sigue habiendo incertidumbres en esos países. Tras un breve periodo de esperanza, muchos observadores se preguntan ahora si la región es capaz de producir democracias viables y económicamente vibrantes.
Por supuesto. las revoluciones y sus secuelas son siempre tiempos inestables y llenos de vicisitudes, y el resultado a menudo es incierto. La reducción de la enorme brecha entre las grandes expectativas y la realidad de presupuestos y capacidades limitados es una prueba en sí misma. Corregir las injusticias del pasado y construir una economía que ofrezca oportunidades a todos significan también grandes retos, cargados de volatilidad, incertidumbre y los peligros del oportunismo político.
Pero las transiciones son también tiempos de grandes oportunidades. En la década de los 90, fui uno de los indonesios que exigió y celebró la salida de nuestro propio autócrata, Suharto, y me uní al nuevo gobierno cuando se marchó. Muchos observadores predijeron que Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, sería incapaz de sostener la democracia y acabaría por caer en el caos. La tarea que nos esperaba era enorme. Sin embargo, hemos demostrado a los escépticos que estaban equivocados y aprendimos algunas lecciones fundamentales.
Quizás lo que es más importante, hemos aprendido que no hay una solución de democratización única para todos. Cada uno de los países de Oriente Medio y África del Norte enfrentarán desafíos únicos que tendrán que abordar en sus propios términos. Aún así, deben hacer un quiebre real y simbólico con el pasado. Las nuevas autoridades deben enviar fuertes señales de que las viejas formas han terminado.
El cambio se debe manifestar formalmente, con nuevas leyes que se den a conocer ampliamente. Es crucial la legislación que faculta a los ciudadanos con libertad de expresión, elecciones libres e independientes, y libertad de asociación, y debe quedar claro a la opinión pública que nadie está por encima de la ley. Cualquier cosa por debajo de eso socavará la transición.
Además, la corrupción es la perdición del desarrollo en todo país, por lo que los nuevos gobiernos deben actuar con rapidez para establecer instituciones y procedimientos para luchar contra ella. La transparencia y la rendición de cuentas son ideas de gran alcance con apoyo casi universal, lo que significa que los nuevos líderes no deben darse por vencidos cuando la lucha se vuelva difícil. Las organizaciones de la sociedad civil, las comunidades locales, los representantes de los pobres y vulnerables, y las mujeres juegan un papel vital en este sentido, y deberían ser incluidos en todos los niveles de toma de decisiones.
En Indonesia, firmamos un centenar de leyes en menos de 18 meses, que abarcaron desde la libertad de prensa a las elecciones, la corrupción, la descentralización y las normas antimonopolio. Ratificamos una nueva legislación de las finanzas públicas y garantizamos la independencia del banco central del país.
Los nuevos líderes también deben esperar y manejar los contratiempos. En tiempos post-revolucionarios, las expectativas son altas y los obstáculos para su realización son enormes. Sé por experiencia personal que no siempre tuvimos el lujo de lograr los mejores resultados. Tuvimos que ceder ciertos puntos y conformarnos con los mejores resultados posibles.
Las amenazas a la seguridad son algunos de los reveses más graves en las transiciones. El sentimiento nacionalista es fuerte, y los políticos y grupos de interés pueden explotarlo. A menudo, las fuerzas de seguridad son remanentes del antiguo régimen, y no existe un sistema judicial independiente. Las reformas tomarán tiempo, y las viejas burocracias pueden no ser capaces de aplicarlas.
En Indonesia, utilizamos varias innovaciones para evitar este tipo de dilemas. Por ejemplo, nombramos un juez independiente para hacerse cargo de los tribunales de quiebras y corrupción, porque los jueces de carrera estaban demasiado manchados. Del mismo modo, cuando empezamos programas de dinero en efectivo por trabajo, como parte de nuestros planes de apoyo a los pobres, pedimos a las comunidades que ejecutaran estas iniciativas.
En términos más generales, los nuevos líderes harían bien en asegurarse de que la economía funcione bien. Es importante restablecer la actividad económica y crear un entorno favorable para los empresarios, en particular las pequeñas y medianas empresas, que constituyen el principal motor de creación de empleo. Cabe recordar que las revoluciones recientes se iniciaron con la auto-inmolación de un vendedor de frutas de Túnez, que fue hostigado e insultado por las autoridades.
Sin embargo, el éxito económico sin inclusión social y rendición de cuentas no es sostenible, y los nuevos gobiernos a menudo deben tomar decisiones difíciles con el fin de proteger a los pobres y vulnerables. Podrían tener que eliminar subsidios que apuntan a fines equivocados para liberar recursos para programas más específicos y eficaces de lucha contra la pobreza y creación de empleo.
En Indonesia, tuvimos que trazar una línea entre los muy pobres y los cuasi pobres. No podíamos darnos el lujo de aumentar los salarios o conceder subvenciones para todo el mundo. Nuestra ayuda tenía que estar bien focalizada. Así, mientras ayudamos a los más necesitados, excluimos a otros que no eran lo suficientemente pobres para beneficiarse. Fue una decisión difícil e impopular.
Finalmente, los países en transición necesitan apoyo; no sólo dinero, sino también los conocimientos técnicos para implementar reformas de gran complejidad. Cuando fui nombrado ministro de Finanzas de Indonesia, tenía bajo mi cargo 64.000 empleados. Pero cuando tuvimos que modernizar nuestro sistema tributario, no pudimos encontrar la experiencia necesaria dentro de nuestro país.
Sí, tuvimos necesidad de ayuda externa, pero nunca cedimos la "propiedad" del proceso de reforma; hicimos que funcionara para nuestras características específicas. Si los indonesios no hubieran estado a cargo de nuestra propia transición, fácilmente podríamos haber fracasado. También esa lección es una que todos los países en transición deben tener en cuenta.
Sri Mulyani Indrawati es Director Gerente del Grupo del Banco Mundial y ex ministro de Finanzas de Indonesia